Mirar la infancia

0 Shares
0
0
0

Yo también tengo que aprender a mirarte.

Lo haré desde el respeto y la dignidad que tienes como ser. Mirarte para darte ese reconocimiento y ponerte en valor.

Te miro con sensibilidad para sintonizar y conectar contigo. Empezar a conocernos, comprendernos y relacionarnos. Sé que tú también eres sensible a mi mirada, a través de ella me sientes presente, necesitas ser visto y comprendido.

Tu identidad única, que me recuerda que no hay otra persona como tú, con tu forma de ser y estar particular, me hace mirarte con autenticidad. Tus necesidades son solo tuyas, tus ritmos, tus emociones te pertenecen. 

Mi mirada caminará al mismo paso que tú, en un intento constante para percibir y dar respuesta a tu evolución, a tu transformación y continuo aprendizaje. Mirar para complacerte.

Te miro para vincularnos. Mirar supone un acto de amor.

Mirar envuelve y da sostén, crea una relación de afecto donde sentirse querido. Mirar para sentir contigo. Necesitas y necesito esta relación afectuosa para que todo lo demás tenga sentido y pueda tener lugar.

Te siento capaz y por ello te miro desde la confianza en todas tus capacidades y potencialidades que has demostrado tener desde antes, incluso, de nacer.

Mi mirada te da la seguridad para que las despliegues y las abras al mundo.Naciste activo, con curiosidad, con un pulso innato por descubrir, por investigar, con un intento de cooperar e iniciar tu actividad autónoma.

Con una mirada cercana que te haga sentir que estoy disponible te ayudaré a conquistar esa progresiva autonomía, te ayudaré a ser dueño de ti y de tu mundo, de tu vida.

Nuestras miradas también se cruzarán para hacernos entender que los dos estamos limitados. Qué tenemos derecho a decir “no” y que acoger el “no” del otro es una forma de cuidarle.

Nos miraremos para hacernos entender que nunca podemos negarnos a nosotros mismos, que tus necesidades y las mías tienen que encontrar el equilibrio para que nuestra relación esté en equilibrio.

Te miro de manera honesta, como persona legítima y con plenos derechos. Te miro sin jerarquías. Te miro libre.

"El bebé/niño no es una marioneta en manos de un adulto todopoderoso".

Emmi pikler
0 Shares
Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Otras entradas interesantes