Escuchar es un acto de generosidad, implica dedicación y atención plena. Sin escucha resulta imposible CONECTAR-CONOCER-COMPRENDER.
Hay una frase que lo resume todo “Cuidarme para cuidar”. Si me coloco en primer lugar no es egoísmo, es atenderme para poder estar bien con los demás. Qué complejo resulta porque, seguramente, no es algo que hayamos practicado.
El autocuidado por derecho (y casi obligación) se opone a la historia de vida de la mujer y de ahí que no lo tengamos interiorizado.
Escucharme para...
Conectar conmigo, con mis pensamientos y emociones. Al escuchar estoy dándoles un lugar, una importancia
Tener presentes mis necesidades en la relación con niño/as. En esta relación confluyen deseos y necesidades de ambas partes, hay que vivir en ese equilibrio. (Si estoy cansada y no quiero jugar, no me fuerzo a ello, sino que lo explico con la mayor naturalidad. Si tengo ganas de llorar, lloro sin esconderme igual que cuando me río.) Comprender que es un derecho atender lo que me pasa o me apetece cuando estoy acompañando a niño/as es una liberación.
Desterrar la culpa y hablar únicamente de responsabilidad. Como adulta asumo la responsabilidad en la interacción con las criaturas y desde ahí tomo decisiones.
Explorar mis límites personales. No son fijos y rígidos sino que pueden variar según mi momento vital. Si me escucho los hago presentes en la relación con la infancia.
Reconocer si necesito un tiempo para mí, un desconectar del mundo o por el contrario un reconectar con la gente que quiero. No es una obligación sacar una hora al día para mí. Lo es, solo, si yo lo decido.
Ajustar las expectativas a la situación y momento vital. Si siempre vivo en la autoexigencia terminaré frustrada y desbordada. La presión que ejerzo sobre mí es directamente proporcional a la que ejerzo en los/as niños/as.
Valorarme y asegurar para mí: sostén, protección y amor.
Dar ejemplo. Escuchándome le estoy diciendo a la niña y al niño con el que convivo (como docente, madre o padre) “escúchate, valórate y trátate bien”.
La escucha cuida y me cuida, es un valor personal y social que abarca cualquier relación y, por supuesto, la relación con la infancia.
La escucha ayuda a ser más consciente y poder elegir. Elegir nos hace ser más libres.