Una espiral muy otoñal que hemos formado con gran variedad de elementos naturales propios del otoño, con gran valor por ser materiales abiertos y no estructurados que presentan un sinfín de posibilidades y por ser una representación de lo que esta estación y la naturaleza nos ofrecen.
En la propuesta también aparece la arcilla de tres tonos ( blanca, roja y negra). Un material muy potente a nivel expresivo y creativo.
Un tándem de materiales que hemos querido combinar por su gran riqueza, a partir de los cuales cada niño/a fue elaborando SU JUEGO.
Aplastar la arcilla con la mano, con los rodillos, pellizcarla, hacer bolas más pequeñas, mezclar los diferentes tonos de arcilla, espolvorear sobre esta arena; añadir las hojas secas, piñas, palos, frutos y los diferentes elementos naturales disponibles; observar la huella que dejan en la arcilla los diferentes materiales, herramientas y su propio cuerpo. Una experiencia sensorial muy completa.
Pisar la arcilla con los pies fue de lo más placentero, así lo demostraron sus caras.
¡Qué importante tomar conciencia de su cuerpo como herramienta creativa y expresiva y disfrutar de ello!
Distintas criaturas compartiendo un mismo tiempo y escenario de juego. Diferentes intereses por los materiales y diferentes necesidades.
Mientras unas mostraban preferencia por aplastar y manipular la arcilla por puro placer, otras hicieron creaciones más complejas a las que asignaron diferentes significados: ¡las pizzas con base de arcilla, tierra espolvoreada y frutos de otoño por encima fue el plato estrella de la tarde!
Y de eso se trata, de que cada uno/a vaya actuando desde su interior siendo el centro del proceso. Su pensamiento se elabora así, desde la oportunidad de explorar en libertad, de crear, investigar y experimentar desde lo que cada uno/a necesita en ese momento.
¡Ese es el verdadero placer y valor del juego!
Terminamos la experiencia emocionadas por lo vivido, sintiéndonos afortunadas de haber podido recortar un trocito de la naturaleza otoñada para sentirla y jugarla en casa.
Asombradas con todo lo que ha pasado por nuestras manos y por todo lo que el otoño nos ha hecho sentir.
Otoño llegó, marrón y amarillo.
El otoño llegó y las hojas secas escampó.
El viento de otoño sopla soplará,
con las hojas secas me dejan jugar.
Gloria Fuertes